¿Qué se publicó?
El 25 de abril de 1983, Stern anunció la publicación de 60 volúmenes de lo que, según se dijo en ese momento, eran los diarios, hasta ese momento inéditos, de Adolf Hitler.
Se publicaron solo dos entregas antes de que se descubriera que los volúmenes eran falsos.
El anuncio fue presumido como el mayor descubrimiento periodístico en el siglo. De acuerdo con la versión de Stern y de su periodista estrella, Gerd Heldemann, los diarios habían sobrevivido a un accidente aéreo a finales de abril de 1945, ya terminada la Segunda Guerra Mundial.
Los documentos fueron vendidos al medio alemán por un falsificador llamado Konrad Kujau, alguien supuestamente dedicado al negocio de las antigüedades y la parafernalia militar de otras épocas.
Kujau habría dicho a Hadelmann que los diarios fueron obtenidos en la entonces República Democrática Alemana y necesitaba grandes cantidades de dinero para sobornar a oficiales y obtener los volúmenes.
Se estima que la redacción de la revista, con sede en Hamburgo, pagó 3, 5 millones de euros por los diarios.
¿Qué decían los diarios?
Los documentos cubrían un periodo comprendido entre 1932 y 1945 e incluían dos "entregas especiales".
De acuerdo con Hajo Funke, politólogo e historiador, quien acaba de publicar —junto con la historiadora Heike Görtemaker— el libro Die echten falschen Hitler-Tagebücher (Los auténticos diarios falsos de Hitler), estos papeles intentaban mostrar a un hombre que nunca existió.
"El Hitler de los diarios es alguien razonable, alguien banal y alguien, incluso, que nunca supo del asesinato de los judíos de Europa. Es un Hitler que nunca existió. Todo eso era mentira", dijo Funke, especialista en extrema derecha y antisemitismo, al portal NIUS.
Otros historiadores dijeron en su momento que el contenido de los diarios iba a reinterpretar el Holocausto.
En los falsos diarios se leían cosas como esta: "Espero informes de la conferencia de la cuestión judía. Debemos encontrar un lugar en el este donde estos judíos puedan alimentarse". Sin embargo, según Funke, el líder del Tercer Reich nunca escribió tal cosa.
20 de abril 2022, 18:03 GMT
¿Cómo se descubrió que eran falsos?
El fraude no duró ni dos semanas. De hecho, las dudas comenzaban desde la portada de los documentos, donde figuraban las iniciales "FH" en vez de "AH", al parecer por un error del falsificador.
Los expertos de la Policía federal concluyeron que, además, se detectaba fluorescencia en las tintas y poliéster en las costuras de los cuadernos, que no podían ser anteriores a 1953.
Además, los cuadernos poseían gran cantidad de datos históricos inexactos.
La investigación concluyó que los Diarios de Hitler eran un grotesco y superficial fraude, de acuerdo con el historiador Charles Hamilton, al punto de que inclusive se repetían errores del libro de discursos que otros historiadores ya habían detectado y corregido.
¿Quién los escribió en realidad?
Konrad Kujau fue el autor de los diarios, según las investigaciones posteriores. Este sujeto aprendió para forjar su timo a escribir cómo lo hacía Hitler. Era alguien afín a los círculos de la extrema derecha y los neonazis alemanes de su tiempo, de acuerdo con diversos estudios realizados posteriormente.
Después de que se descubriera el fraude, él y el periodista Heldemann cumplieron más de cuatro años de pena de cárcel.
Al salir de prisión, Kuaju aprovechó incluso su fama para ofrecer entrevistas y vender su historia.
A 40 años del escándalo
Para Funke, la presentación de los diarios de Hitler como un "descubrimiento sensacional" —según los términos de Heldemann— esconde en realidad una operación por la que "se menospreciaba lo que fue realmente el nacionalsocialismo".
Un equipo de la televisión estatal alemana NDR logró digitalizar los diarios y los evaluó con la ayuda de historiadores y llegó la "aterradora" conclusión de que los documentos niegan el Holocausto en varias secciones.
La televisora puso a disposición del público una herramienta digital para su revisión.
No te pierdas las noticias más importantes
Suscríbete a nuestros canales de Telegram a través de estos enlaces.
Ya que la aplicación Sputnik está bloqueada en el extranjero, en este enlace puedes descargarla e instalarla en tu dispositivo móvil (¡solo para Android!).
También tenemos una cuenta en la red social rusa VK.