Anteriormente la agencia Bloomberg, citando a sus fuentes, informó que los países del Grupo de los Siete (G7) abordan la imposición de las sanciones contra empresas de China, Irán y Corea del Norte, que supuestamente proporcionan a Rusia componentes y tecnologías que pueden usarse con fines militares.
Subrayó que Pekín se adhiere a una posición objetiva y justa respecto a la cuestión ucraniana, promueve activamente las negociaciones y desempeña un papel constructivo para ayudar a calmar la situación de acuerdo con las disposiciones propuestas previamente por el presidente chino, Xi Jinping.
El líder chino había declarado anteriormente que poco después del inicio de la crisis ucraniana presentó cuatro puntos que deben cumplirse para resolver el conflicto. Se basa en el hecho de que se debe respetar la soberanía y la integridad territorial de todos los Estados, defender los propósitos y principios de la Carta de la ONU y tomar en serio las preocupaciones racionales de seguridad de todos los países, así como todos los esfuerzos hacia la solución pacífica merecen apoyo.
En respuesta a la petición de Sputnik de comentar la declaración del secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, Mao Ning apuntó que era hora de que la OTAN abandonara su mentalidad de Guerra Fría y las acusaciones vacías contra otros países.
El 8 de febrero Stoltenberg, durante su rueda de prensa conjunta con el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken,
acusó a China de aumentar sus actividades de inteligencia en Europa.
Las afirmaciones del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, de que amenazó a Xi Jinping, con la pérdida de inversiones occidentales si apoya a Rusia en Ucrania, son irresponsables y violan la etiqueta diplomática básica, destacó Mao Ning.
Biden declaró antes en una entrevista televisiva que llamó al presidente chino el verano boreal pasado y lo amenazó con la pérdida de inversiones occidentales si apoyaba a Rusia en Ucrania.
Rusia
lanzó una operación militar especial en Ucrania en respuesta a la solicitud de las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, previamente reconocidas por Moscú como Estados soberanos, para que se les preste ayuda frente al genocidio por parte de Kiev.