Cabe señalar que aunque en las imágenes vemos el despegue de solo un misil, cada vehículo lanzador lleva dos de estos proyectiles. A pesar de que también es capaz de emplear misiles de crucero, son precisamente los misiles cuasibalísticos 9M723 los más temidos, pues son extremadamente difíciles de detectar, y menos aún de interceptar.
Esto es así porque en ellos se implementó una serie de tecnologías de furtividad, lo cual reduce su ya pequeña sección radar equivalente. Además de ello, el misil cambia constantemente su trayectoria de vuelo incluso en las fases finales de vuelo, en las que desarrolla una velocidad hipersónica de hasta Mach 7. De hecho, precisamente debido a ello se trata de un misil cuasibalístico, y no simplemente balístico.
Por si fuera poco, encima el misil 9M723 tiene integrado un sistema de guerra radioelectrónica que permite complicar aún más su detección por los radares de los sistemas de defensa antiaérea enemigos.
Combinados con una carga de combate de 480 kilos, estos misiles son un arma temible que puede alcanzar cualquier objetivo a una distancia de hasta 500 kilómetros con una desviación circular de menos de siete metros.