"Hoy [el 28 de diciembre], el sistema de defensa antiaérea de Bielorrusia derribó un misil S-300 ucraniano sobre el territorio bielorruso. Es un incidente muy serio. (...) El Ministerio de Exteriores bielorruso citó al embajador de Ucrania en Bielorrusia, Ígor Kizim, a quien se le expresó una fuerte protesta", declaró Anatoli Glaz a la prensa.
En este contexto, el ministerio bielorruso exigió que Ucrania llevara a cabo una investigación exhaustiva de las circunstancias del lanzamiento del misil y responsabilizara a los culpables para evitar que se repitan en el futuro incidentes similares, capaces de provocar "consecuencias catastróficas para todos".
Glaz se negó a comentar si la caída del misil fue una provocación o una casualidad, llamando a esperar los resultados de la investigación. A su vez, la cadena de televisión Belarus 1 comunicó que la ojiva del misil aún no fue desactivada.
"Se llevará al polígono y será destruido", precisó un corresponsal del canal desde el lugar de la caída del misil.
Más temprano, el Ministerio de Defensa de Bielorrusia informó que un misil guiado antiaéreo S-300, disparado desde el territorio de Ucrania, fue derribado por el sistema de defensa antiaérea bielorruso. Los restos del misil cayeron en la provincia de Brest, en el suroeste del país.
El presidente de la república, Alexandr Lukashenko, fue informado sobre lo ocurrido y ordenó averiguar las causas de lo sucedido.
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