"Puedes ver la destrucción que tuvo lugar, especialmente en nuestras áreas más vulnerables al sur de Ciudad Belice, y me rompe el corazón ver lo que les pasó a esas personas, sus pequeñas casas siendo derribadas y barridas, la cantidad de escombros que tendremos que limpiar en los terrenos", dijo Briceño en rueda de prensa.
A una semana del paso de Lisa, con fuertes lluvias y vientos máximos sostenidos de 120 kilómetros por hora, el gobernante estimó que los daños rondarían los 10 millones de dólares, aunque precisó que el Ministerio de Desarrollo de Infraestructura y Vivienda todavía realiza un balance casa por casa.
El huracán se ensañó con la antigua capital beliceña, y las autoridades han liberado fondos para suplir la necesidad de comida, agua potable y techo temporal para los damnificados, en un esfuerzo al que se sumaron también fuerzas de la oposición política.
Briceño recorrió las áreas golpeadas, y reconoció que las perspectivas son "descorazonadoras", pese a los avances en la limpieza de escombros y reparación de techos, y con el aliciente de que los daños en la agricultura fueron leves.
Belice, una de las naciones más vulnerables a los efectos del cambio climático, ya solicitó ayuda internacional a la Comunidad del Caribe (Caricom), a Taiwán y a Estados Unidos.
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