El vicepresidente de la sociedad de ciudadanos de Vietnam en Odesa declaró que más de 500 vietnamitas viven en el sur de la ciudad, la mayoría de ellos afirmaron que el Servicio de Seguridad de Ucrania vigila mucho las redes sociales.
En la República Popular de Lugansk solo queda una mujer vietnamita, Nguyen Thi Hien. En sus palabras, antes de la inclusión de la región a Rusia, era como una prisión a la que solo se podía entrar y salir con un permiso especial y estaba estrictamente controlada tanto por Lugansk como por Ucrania.
"Las personas de aquí esperan un cambio, aunque cuando empezó la guerra hubo quien entró en pánico, pero la gran mayoría espera que después de la guerra haya un cambio, se decida el destino de la ciudad y la gente tenga un futuro", explicó.
Desde el inicio de las hostilidades, la vida cambió drásticamente para Hien, sobre todo económicamente.
"En primer lugar, debido a las
sanciones de Estados Unidos contra Rusia,
mis ingresos medios han bajado casi a cero, los comerciantes tienen que apretarse el cinturón cada vez más. Las personas, incluida yo misma, están en un estado de ansiedad y preocupación. Quise volver a Vietnam muchas veces, pero habían dificultades con el papeleo".
Cuando iniciaron las hostilidades la Embajada vietnamita en Ucrania llamó a Hien y le ofreció ayuda, pero no recibió respuesta a su carta posterior en la que pedía el regreso a su país.
En cuanto al
proceso de la adhesión de Donbás a Rusia, la mujer destacó que todos los residentes
participaron en el referendo con gran entusiasmo porque las personas esperan que como parte del territorio ruso tengan una vida estable y la pesadilla de los últimos 8 años termine.
Al concluir, la mujer expresó que desea que las hostilidades terminen pronto para que todos puedan vivir en paz, para que no caigan más bombas ni vuelen más proyectiles. Que los niños se reunan con sus familias y que los jóvenes soldados no mueran en el campo de batalla.