Desde la perspectiva de Monereo, el ataque del pasado 8 de octubre
contra el puente de Kerch "tiene un valor simbólico" que "expresa la determinación de la dirección política de Kiev de ir hacia una estrategia de tensión permanente".
"Rusia ha venido manteniendo una operación militar limitada, controlada políticamente y propiciadora de una salida al conflicto que reduzca los costes humanos y económicos. La dirección político-operativa de la OTAN ha favorecido una estrategia basada en la escalada y en el ejercicio ampliado de lo que se dado en llamar guerras híbridas", declaró el especialista, en alusión a las sanciones económicas impuestas por Occidente.
El también autor de Por Europa y contra el sistema euro explica que la estrategia de Kiev, respaldada por la OTAN, se da en dos planos, el mediático-cognitivo y el real, el primero encaminado a crear "escenarios" comunicacionales para criminalizar a Rusia, mostrarla como una potencia derrotada y que "la victoria es posible y necesaria".
En el plano de lo real,
la estrategia se ha basado en alimentar la tensión para que el conflicto escale lo máximo posible, como cuando el propio Zelenski llamó a la OTAN a realizar un ataque preventivo en Rusia, aunque luego tanto sus asistentes como el propio presidente ucraniano
trataron de recular en sus dichos.
"Zelenski ha jugado esta carta con mucha soltura haciendo apuestas cada vez más arriesgadas, hasta proponer un ataque preventivo contra Rusia. Si pudiera, lo haría", declaró el politólogo.
Para Monereo Pérez, tanto el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, como Zelenski, apuestan por "victorias mediáticas, simbólicas" que congreguen el apoyo de la comunidad internacional, "un juego 'al límite del principio'".
El experto pronostica que la narrativa de Kiev seguirá en escalada y advirtió que "la amenaza sobre Bielorrusia es una pésima señal" sobre cómo se desenvolverá en conflicto en adelante.
Luego del ataque masivo contra Ucrania en represalia por el atentado en el puente de Crimea, el presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, acusó a Lituania, Polonia y Ucrania de
preparar ataques terroristas y un levantamiento militar en su contra.
"El entrenamiento en Polonia, Lituania y Ucrania de combatientes, incluyendo radicales bielorrusos, para cometer sabotajes, actos terroristas y un levantamiento militar en el país se está convirtiendo en una amenaza directa", afirmó Lukashenko durante una reunión con autoridades militares.
Esto ocurre luego de que el 8 de octubre por la mañana se registrara
una fuerte explosión que dañó el puente de 19 kilómetros —
el más largo de Europa— que conecta a Rusia continental con la península de Crimea. El estallido dejó
tres muertos, según datos preliminares oficiales, y provocó el incendio de
siete vagones cisterna de un tren.
El 9 de octubre, Putin señaló que la explosión en el puente de Crimea fue "un ataque terrorista para destruir infraestructura civil crítica de la Federación de Rusia" y afirmó que los servicios especiales ucranianos ejecutaron el ataque.
Estas declaraciones fueron hechas luego de que el director del Comité de Investigación de Rusia, Alexandr Bastrikin, informara al mandatario que las investigaciones realizadas junto al FSB ruso establecieron que
los servicios especiales de Ucrania están detrás de la explosión en el puente de Crimea. Durante su informe, Bastrikin también anunció la apertura de un caso por terrorismo.