A diferencia de sus hermanos más grandes, 2S9 Nona tiene un cañón de un calibre de solo 120 mm, pero esta falta de potencia y un alcance relativamente corto de 12,8 kilómetros se compensan de sobra con su alto grado de movilidad. De hecho, el vehículo fue diseñado para ser lanzado con un paracaídas desde un avión.
En las condiciones de combate actuales, donde el enemigo dispone de radares antibatería que permiten localizar rápidamente el lugar desde el cual se efectúan los disparos, la capacidad de moverse rápido literalmente salva vidas.
Curiosamente, el 2S9 Nona también se puede emplear para lanzar minas de mortero, y en algunos casos esto extiende su alcance efectivo. Así, al usar las minas francesas RT-61, su radio de combate aumenta hasta los 17 kilómetros.
Como vemos en las imágenes, es precisamente esto lo que hacen las tripulaciones de los 2S9 Nona: llegan a sus posiciones de fuego, realizan los disparos e inmediatamente se van de allí. Gracias a su versatilidad los militares rusos los usan para todo tipo de objetivos como las tropas enemigas, sus vehículos blindados y armamento, así como los puntos de comando fortificados.