"Nuestro objetivo es introducir algunos mecanismos simples para que reduzcamos el consumo de energía en un 10% a deferencia de nuestro consumo habitual. Si toda la nación logra cumplir con esta tarea, que es puramente voluntaria, (...) si nos movilizamos todos, incluso en el peor escenario, podremos soportar el invierno", aseguró el presidente en una reunión con empresarios franceses.
Señaló que esto sería posible, incluso, en ausencia de suministros de gas de Rusia.
A finales de julio pasado, el Gobierno francés tomó medidas rigurosas con el fin de ahorrar energía. En particular amplió la prohibición de usar publicidad luminosa, prohibió a los comercios abrir las puertas mientras el aire acondicionado estuviera funcionando o el sistema de calefacción, y dispuso desconectar la ventilación durante las noches.
Asimismo, estableció disminuir un 50% la intensidad de la iluminación antes de la llegada del público, y un 30% en las horas de funcionamiento, en caso de aumentar el consumo de energía eléctrica hasta niveles críticos.
En agosto, los medios de comunicación franceses informaron que el precio mayorista de la electricidad en Francia alcanzará un máximo histórico en 2023, superando la marca de 1.000 euros por megavatio hora, lo que supone un aumento del 1.000% respecto al año anterior.
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