Este 25 de septiembre, las FFAA de Ucrania
volvieron a bombardear la región de Jersón con un misil Himars, dejando al menos dos personas muertas y varias heridas. El primer vicepresidente del Consejo de Coordinación de la Cámara Cívica de la Federación de Rusia, Alexandr Malkevich, declaró que el bombardeo de las tropas ucranianas es "una reacción a
la alta participación en el referendo".
No obstante, las autoridades de la región de Jersón aseguraron que el referendo continuará y se completará a tiempo, a pesar del ataque.
"Todos podrán expresar su posición cívica y tomar la decisión histórica final", dijo el presidente del Gobierno regional, Serguéi Eliséyev.
Asimismo, en Zaporiyia, donde, según una encuesta, el 93% de los votantes del primer día apoyó la adhesión a la Federación de Rusia, no se registraron incidentes al comienzo del tercer día, afirmó la presidenta de la Comisión Electoral de ese territorio, Galina Katiúshenko.
En los dos primeros dos días de los referendos, la participación en la República Popular de Donetsk fue del 55,5%, mientras que en la República Popular de Lugansk fue del 45,86%. En la provincia de Zaporiyia votó el 35,54% y en la de Jersón, el 31,79%, según los datos de la Cámara Cívica de la Federación de Rusia.
El 23 de septiembre, en las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, así como en las provincias de Jersón y Zaporiyia,
comenzaron los plebiscitos para incorporarse a Rusia, que durarán cinco días, hasta el 27 de septiembre.
Los convocantes afirman que los sufragios son necesarios para defenderse de los actos terroristas de Ucrania y de la OTAN que le suministra armas a Kiev para asesinar a civiles.
A su vez, varios países y organizaciones internacionales condenaron la celebración de las votaciones y dejaron claro que no reconocerían sus resultados.