"La apertura de los puertos del mar Negro es lo más importante que podemos hacer hoy para ayudar a los que pasan hambre en el mundo. Para parar el hambre, se necesitará algo más que los barcos ucranianos cargados de granos, pero con el retorno de los cereales de Ucrania a los mercados mundiales se abre una oportunidad para detener el desarrollo en espiral de la crisis alimentaria global", señaló Beasley en una declaración en poder de Sputnik.
Según datos del PMA, 345 millones de personas de 82 países afrontan escasez de víveres y hasta 50 millones de personas de 45 países están al borde del hambre, corriendo el riesgo de quedar sin ayuda humanitaria.
Con la reanudación de la navegación comercial y humanitaria desde los puertos del mar Negro se podrá mitigar "ciertas interrupciones globales de los suministros", afirmó el PMA, agregando que con eso mejoraría la situación en los países que sufren las peores consecuencias de la crisis alimentaria global.
Además, eso le permitirá a Ucrania preparar sus silos para el almacenamiento de la nueva cosecha, agregó el PMA.
El ministro de Defensa de Rusia, Serguéi Shoigú, firmó el 22 de julio en Estambul dos documentos sobre la solución del problema de suministro de víveres y abonos a mercados mundiales: un memorando, sobre el compromiso de la ONU de levantar algunas de las restricciones impuestas sobre la exportaciones de productos agrícolas y abonos rusos, y un documento que establece un algoritmo de las salidas de los productos del agro ucraniano de los puertos que controla Ucrania.
Sirvió de base para el segundo documento la propuesta de Rusia de crear un corredor humanitario marítimo para la salida segura de los barcos comerciales desde los puertos del mar Negro controlados por Ucrania y para su regreso a estos.
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