Ahora también se requiere la aprobación del fiscal de apelación para realizar las escuchas telefónicas, además de la del fiscal que supervisa las actividades de los servicios especiales.
Por lo tanto, a partir de este momento se necesita la decisión de dos fiscales en lugar de solo uno para poder espiar las conversaciones telefónicas.
Aparte, los cambios incluyen que el jefe del EYP sea designado y destituido por decisión de un comité competente del Gobierno, mientra que antes el nombramiento lo hacía el primer ministro de Grecia.
La semana pasada, el líder del partido griego Pasok-Kinal (Movimiento para el Cambio), Nikos Androulakis, denunció un intento de pinchar su teléfono móvil con el software espía Predator y presentó una queja ante el Tribunal Supremo griego.
Asimismo, transcendieron casos de escuchas telefónicas a periodistas, entre ellos Thanassis Koukakis, especializado en asuntos económicos.
Los medios progubernamentales culparon del escándalo al jefe del Servicio Nacional de Inteligencia, Panagiotis Kontoleon, por lo que junto con el secretario general del primer ministro, Grigoris Dimitriadis, dimitieron el 5 de agosto.
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