"Expresamos nuestro pésame a las familias de los fallecidos y nos solidarizamos con los afectados. (...) Como socio cercano y amistoso de Uzbekistán, esperamos la situación se estabilice rápidamente", sostuvo Bagchi.
Los pasados 1 y 2 de julio, en Nukus estallaron disturbios que causaron al menos 18 muertos y más de 243 heridos, así como 516 detenciones.
El descontento popular fue provocado por una de las más de 200 enmiendas a la carta magna, que habría cancelado el estatus actual de Karakalpakistán, que ocupa un 40% del territorio de Uzbekistán y goza del estatus de "república soberana" en el seno del país.
La república dispone de una Constitución propia, cuenta con poder de decisión en materia de división territorial y administrativa y tiene el derecho a la secesión a través de un referéndum.
Los violentos disturbios obligaron al Gobierno central a decretar el estado de emergencia y el toque de queda nocturno en territorio karakalpako del 3 de julio al 2 de agosto y dar marcha atrás a las enmiendas más polémicas.
El 4 de julio, la Cámara Baja del Parlamento uzbeko aprobó, por unanimidad, mantener sin cambios los artículos del 70 al 75 de la Constitución en vigor, referentes a la república de Karakalpakistán.
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