Aunque llegó con el objetivo de arrebatarle todos los títulos de peso welter a la estadounidense Jessica McCaskill, al final priorizó su vida.
Con visible desesperación, Alma Ibarra le gritó a su entrenador que ya no quería continuar la pelea, que se llevó a cabo el sábado pasado en la ciudad de San Antonio, en Texas.
"¡No, no! ¡Yo sólo quiero llegar con vida a mi casa", dice la mexicana al borde del llanto, según se aprecia en las imágenes difundidas en medios de comunicación y redes sociales.
La petición de Ibarra hizo que el réferi se acercara a la esquina de la contrincante mexicana para evaluar su estado de salud, pero ya no fue necesario porque su entrenador avisó que su alumna ya no quería seguir la batalla.
Alma Ibarra tiene una marca de 10 triunfos y dos derrotas; de todas sus victorias, la mitad las consiguió por la vía de nocaut.
Desde 2020, Jessica McCaskill es la campeona definitiva femenil del peso welter. Nadie ha podido quitarle sus cuatro cinturones que la acreditan como la mejor boxeadora del mundo en esta categoría.
En otro momento, se escucha decir a la mexicana que sólo quería llegar con su hijo y que por favor detuvieran la pelea.
Según declaró la propia Alma Ibarra en el pasado, esta pelea era una especie de "revancha" para ella, ya que no tuvo la oportunidad de asistir a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.