Este lunes, 20 de junio, el mandatario estadounidense reveló a reporteros que, para finales de esta semana, se decidirá si decide suspender la aplicación de un impuesto federal a la gasolina y el diésel como una manera de apoyar la economía popular.
De aplicarlo, se reduciría el precio del galón de gasolina 18,4 centavos y el de diésel a 24,4 centavos, energéticos que ya superan los 5 dólares el galón en todo EEUU, su precio más alto en décadas.
La decisión para aplicar el subsidio debe pasar por el Congreso, donde la propuesta ha tenido diferentes posiciones en contra debido a que ciertos sectores consideran que la acción no ayudaría tanto a la economía de las familias estadounidenses, y en cambio es necesario permitir un incremento de producción.
Al respecto, el analista mexicano Enrique Galván Ochoa opinó en un artículo para La Jornada que esta estrategia respondería a un interés por ganar la simpatía del electorado estadounidense en las próximas elecciones intermedias que se realizarán en noviembre.
La posible aplicación del subsidio se valora justo cuando Joe Biden cuestionó a las grandes petroleras estadounidenses por reportar ganancias por más de 35.000 millones de dólares en plena inflación y crisis energética derivada de las sanciones económicas impuestas a Rusia.
En reiteradas ocasiones el presidente López Obrador ha señalado que los precios de la gasolina en México se mantienen estables gracias a los subsidios aplicados, mismos que se financian con los excedentes que está dejando la venta de petróleo en el mundo.