Dicha transacción "sirve a los intereses nacionales, económicos y de seguridad de EEUU", pues apoya a Taipéi en sus continuos esfuerzos por "mantener una capacidad defensiva creíble". "Ayudará a mantener la estabilidad política, el equilibrio militar y el progreso económico en la región" y "contribuirá al sostenimiento de la flota de buques de superficie del beneficiario, mejorando su capacidad para hacer frente a las amenazas actuales y futuras", dice el comunicado emitido el 8 de junio.
La DCSA alega asimismo que la venta contribuirá a "mejorar aún más la interoperabilidad con Estados Unidos y otros aliados". El suministro de estos repuestos navales, asegura la nota, "no alterará el equilibrio militar básico en la región".
El 8 de junio la agencia notificó al Congreso de esta posible venta.
La futura transacción podría molestar a Pekín que acusa a Washington de jugar "la carta taiwanesa" y exige que se adhiera a la política de "una sola China" y a los tres comunicados conjuntos de 1972, 1978 y 1982.
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