"Estamos siendo solidarios, estamos investigando para dar con el paradero de los responsables que le quitaron la vida al joven comunicador", declaró a medios locales el portavoz de la Dirección Policial de Investigación, Cristian Nolasco.
Las declaraciones del funcionario siguieron a un plantón realizado por comunicadores hondureños en Tegucigalpa, tras conocer el deceso de Ávila en el capitalino Hospital Escuela, luego de varios días batallando por su vida.
Ávila era comunicador social y camarógrafo del canal Metro en Choluteca, la principal ciudad del sur hondureño, y recibió un balazo en la cabeza el pasado 26 de mayo, cuando iba camino a su trabajo.
El joven de 25 años se convirtió así en el cuarto comunicador asesinado este año en Honduras, y el número 93 desde 2001.
El Comité por la Libre Expresión (C-Libre) y la Red de Alertas y Comunicadores Sociales condenó el crimen y llamó a profundizar en su investigación e ir más allá de la versión policial de un supuesto robo.
"Existen otros hechos relacionados, que se deben investigar, el primero es la cobertura que realizaba de hechos policiales, así como el hecho de que días antes cambiara de número de celularpor suponer su teléfono estaba intervenido", señaló C-Libre.
En un comunicado, este colectivo reclamó al Ministerio Público un protocolo para investigar las muertes violentas de periodistas y comunicadores sociales, que en Honduras suelen ser investigados como hechos de violencia común.
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