"El Gobierno haitiano ha solicitado a las autoridades estadounidenses una sólida ayuda para las fuerzas policiales", confirmó el multimedio Radio Metropole.
Edmond, quien se desempeñó como canciller durante la presidencia de Jovenel Moise (2017-2021) sugirió que la Policía por sí misma no puede resolver el problema de la inseguridad causada por los grupos armados, y aseguró que insistió a los responsables del Pentágono en la necesidad de levantar el embargo de armas impuesto al Gobierno haitiano.
Washington estableció el embargo en 1991, cuando el expresidente Jean-Bertrand Aristide (1991-1993 y 2001-2004) fue derrocado por primera vez, lo cual prohibió la venta de armas excepto en caso de problemas excepcionales o cuando convenga a los intereses del Gobierno de Estados Unidos.
Quince años después, en 2006, levantaron parcialmente la prohibición y permitieron la venta al Gobierno de René Preval para combatir a las pandillas callejeras.
Organizaciones de derechos humanos critican que las bandas armadas controlan cerca del 60% del territorio nacional, y muchas se encuentran mejor equipadas que las fuerzas del orden.
Para Bocchit, en la situación actual es necesario un apoyo militar para abordar la problemática de las pandillas, además de un equipamiento robusto para la Policía.
La proliferación de bandas armadas en Haití coincidió con el periodo de inestabilidad política durante el mandato de Moise y la salida de las misiones de Naciones Unidas, mientras el país carece de un Ejército sólido y solo cuenta con 16.000 agentes para una población de más de 11 millones de habitantes.
La ola de violencia provocó en el último año el desplazamiento de más de 30.000 personas de barrios vulnerables, cientos de asesinatos y miles de secuestros.
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