"Esa pregunta ya me la hicieron unas mil veces: yo estoy en contra del aborto, pero hay que transformarlo en una política pública; aunque yo esté en contra, existe, y se da con una persona de alto poder adquisitivo, que se va al extranjero y se trata, y el pobre, ¿cómo lo hace?", afirmó en una entrevista con la radio Jangadeiro Band News.
El 6 de abril, Lula generó una polémica al comentar que el aborto debería transformarse en una cuestión de salud pública, "porque todo el mundo tiene derecho y no hay que tener vergüenza".
Las declaraciones tuvieron mucho eco en círculos conservadores y bolsonaristas, y generaron preocupación en el Partido de los Trabajadores (PT) por el impacto que puedan tener de cara a la campaña electoral.
En la actualidad, en Brasil el aborto sólo es legal en tres supuestos: anacefalia del feto, violación y riesgo de vida para la madre.
Aún así, se realizan miles de abortos clandestinos: según datos oficiales del Ministerio de Salud, tan sólo en el primer semestre de 2020, más de 80.000 brasileñas fueron atendidas en la sanidad pública por interrupciones del embarazo mal realizadas (provocadas o espontáneas).
Esa cifra es 79 veces mayor que la de interrupciones del embarazo previstas dentro de la ley, ya que en ese mismo periodo se practicaron 1.024 abortos legales.
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