De acuerdo con Marion Lloyd, del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), docenas de universidades de Estados Unidos están congelando programas académicos y colaboraciones científicas con sus colegas en Rusia, en un intento por castigar al Kremlin ante su decisión de implementar una operación miliar especial en Ucrania.
Entre las universidades estadounidenses más destacadas que están congelando convenios con casas de estudios de Rusia están el Instituto Tecnológico de Massachusetts y la Universidad de Michigan y el Boston College, dijo la especialista durante un foro organizado por la UNAM.
24 de marzo 2022, 14:49 GMT
Lloyd indicó que las universidades de California, Colorado y Yale, retiraron inversiones en compañías rusas que habían formado parte de los portafolios de sus fondos de retiro.
En Europa, prosiguió, Alemania ha frenado sus colaboraciones científicas con instituciones de educación superior, mientras que algunos países de la Unión Europea consideran tomar medidas similares.
Estas medidas, señaló la académica han sido calificadas como peligrosas pues no solo afectan al pueblo ruso, sino al mundo en general que se ve beneficiado con los avances en materia científica.
"Están en juego proyectos de investigación en temas urgentes, como la lucha contra COVID-19 o el cambio climático, sin hablar de la pérdida de millones de dólares que ya se han invertido", sentenció la profesora.
Asimismo, indicó que los gobiernos han dado señales mixtas, ya que por un lado han cancelado convenios de colaboración entre instituciones, pero por otro piden a sus académicos seguir con sus colaboraciones de forma individual.
El rechazo de todo aquello que sea ruso o tenga raíces de esa nación, especialmente en Estados Unidos, Canadá y los países de la Unión Europea, es inmoral e injustificable, porque no hay prueba de que la totalidad de la población de aquel país respalde las acciones militares del gobierno de Vladimir Putin en contra de Ucrania, afirmó la académica de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, Talya Iscan.