Los tres mandatarios centraron sus conversaciones en seguridad alimentaria y la crisis energética precipitada por el conflicto entre Rusia y Ucrania y otros asuntos regionales, según el comunicado.
Si bien no se menciona que trataron el tema iraní, analistas israelíes señalan que por el momento en que tiene lugar esta cumbre la intención es mostrar un frente unido contra los pasos de Occidente para asegurarse un pacto nuclear con Irán y la insatisfacción por la decisión de EEUU de sacar a la Guardia Revolucionaria de Irán de su lista de organizaciones terroristas.
Dicen fuentes diplomáticas anónimas al diario Haaretz que la cumbre es parte de un esfuerzo para crear una coalición entre países que eran en el pasado considerados enemigos de Israel, incluyendo Egipto, los países del Golfo y Turquía, todo ello con respaldo estadounidense.
Israel se perfila como mediador también entre EEUU y los países del Golfo y Arabia Saudita, que no se han posicionado claramente en el conflicto ruso-ucraniano, algo que EEUU presiona para que lo hagan.
Al parecer Israel trata de ayudar a Egipto para que encuentre fuentes alternativas de trigo, ya que hasta que comenzaron las hostilidades dependía de Ucrania y Rusia en el abastecimiento de este cereal.
Y, según Haaretz, a Israel le interesa convencer a los EAU y Arabia Saudita para que aumenten su producción de petróleo y así reducir la dependencia mundial del crudo de Rusia.
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