Durante la madrugada del 11 de febrero, un estruendo despertó a los vecinos del barrio de Los Pinos en Culiacán, Sinaloa, al norte de México.
Cuando salieron, descubrieron que la casa de uno de sus vecinos estaba completamente destruida. El sobresalto apareció cuando se dieron cuenta que la persona que vivía en dicho inmueble estaba viva, apenas con unas cuantas heridas leves.
"Estaba yo sentado y ¡pum!... Me tumbó la chingada. ¿Qué es esto?", relató el sobreviviente al diario local El Debate.
"De los escombros salí, aquí está prendiéndose todo [en fuego]", dijo el hombre, quien vivía en uno de los cuartos de la casa.
De acuerdo con lo reportado por las autoridades y la prensa locales, la casa de dos pisos se utilizaba para elaborar coricos, un tipo de galletas que son muy populares en el norte de México.
Al interior había dos tanques de gas, pero todavía no se sabe si estos fueron la causa de la explosión.
El sobreviviente no se encontraba en ninguna de las áreas principales de la casa, sino en uno de los cuartos contiguos, según contó al diario El Debate.