"Desde el golpe militar del pasado 1 de febrero, al menos 114 niños de entre 3 y 17 años fueron asesinados por las fuerzas de seguridad, incluidos al menos 18 niños solo en enero", dijo Haq en una rueda de prensa.
Añadió que el número de menores heridos es significativamente mayor.
En este contexto, el portavoz recordó a las fuerzas de seguridad del país sus obligaciones de defender los derechos de los niños en virtud de la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño, que Birmania firmó en 2019.
El 1 de febrero del año pasado, pocas horas antes de constituirse el nuevo Parlamento de Birmania, los militares dieron un golpe de Estado, decretaron el estado de emergencia y detuvieron a numerosos líderes políticos, entre ellos el presidente Win Myint y la gobernante de facto, Aung San Suu Kyi.
La asonada generó un amplio repudio internacional y una oleada de protestas en el país, con miles de personas desafiando la represión y protagonizando protestas callejeras y acciones de desobediencia civil para reivindicar la restauración del Gobierno civil y la liberación de los presos políticos.
Según la ONG Asociación de Ayuda a los Presos Políticos, más de 1.500 personas murieron a causa de la represión militar en un año desde el golpe de Estado, y casi 12.000 fueron arrestadas.