"El Mediterráneo, el Magreb, el Sahel y el África subsahariana son vitales para la OTAN y para Europa", dijo Albares en una entrevista con el diario Financial Times.
El ministro de Exteriores destacó que la OTAN debería dar "un enfoque de 360 grados" para responder a las posibles amenazas a la seguridad no solo en el este de Europa, sino también al sur del continente.
"La OTAN necesita pensar cuál va a ser su papel", enfatizó Albares.
Según el canciller español, la inestabilidad más allá del Mediterráneo amenazaría el suministro de energía y aumentaría la migración irregular, un problema particularmente grave para España que depende del suministro de gas desde Argelia y de la ayuda de Marruecos para controlar la migración indocumentada.
Albares destacó los problemas en la región del Sahel, cuya anarquía y violentos movimientos islamistas preocupan a las autoridades españolas.
"El yihadismo sigue ahí, así como todo tipo de tráfico ilícito: armas, personas, drogas (...) Es enormemente frágil. Cada vez vemos más regímenes militares en el Sahel", resaltó Albares en aparente referencia a los recientes golpes de Estado en Burkina Faso y Malí.
La región del Sahel se extiende desde la costa oeste africana del Atlántico hasta el mar Rojo, en el este. La zona es una de las más problemáticas del continente a causa del terrorismo y la migración irregular, abarca en parte a Senegal, Mauritania, Malí, Burkina Faso, Argelia, Níger, Nigeria, Chad, Sudán, Eritrea y Etiopía.
España organizará el próximo junio la cumbre de la OTAN con el objetivo de actualizar el concepto estratégico de la Alianza Atlántica, que establece sus tareas y desafíos fundamentales en materia de seguridad, pero que no ha sido revisado desde 2010.