El 26 de enero Léschenko aseguró que las milicias tienen información sobre un arsenal de armas extranjeras que se encuentra en la zona de las operaciones militares en Donbás, controlada por Kiev.
"Los tutores occidentales saturan al máximo posible el país con armas, no solo para aumentar la efectividad del Ejército enemigo, sino también para mostrar su apoyo moral, así como para aumentar su influencia, a expensas de la carga que tendrá la deuda en el presupuesto", dijo.
El representante de Lugansk recalcó que "en última instancia, serán los ucranianos de a pie quienes pagarán las armas extranjeras, sacrificando una vez más sus pensiones, subsidios, salarios y en general su nivel de vida".
Desde abril de 2014 Ucrania lleva a cabo una operación contra las milicias en Donbás donde se proclamaron las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, en respuesta al violento cambio de Gobierno ocurrido en febrero del mismo año.
Los Acuerdos de Minsk sentaron las bases para una solución política al conflicto, pero no han derivado hasta ahora en el cese de la violencia.
Rusia advirtió a Ucrania y Occidente en reiteradas ocasiones de no intentar resolver el conflicto de Donbás por medios militares y denunció que el suministro de armas a Ucrania incita a Kiev a recurrir a la fuerza para atajar el conflicto.