Como es habitual, los reyes no ofrecieron declaraciones a la prensa durante la inauguración, pero su visita a IFEMA tuvo como nota destacada que ambos se detuvieron en el expositor de Marruecos, lo que parece un nuevo gesto de conciliación con Rabat tras la crisis diplomática desatada el año pasado.
Sí se dirigió a los medios la ministra española de Turismo, Reyes Maroto, quien expresó sus deseos de que la feria sirva para "demostrar al mundo que se puede viajar con seguridad" pese a las dificultades derivadas de la pandemia de COVID-19.
En esa línea, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, declaró que la decisión de mantener la feria en un formato presencial pese a la ola de contagios que atraviesa España manda el mensaje de que las actividades sociales y económicas se pueden mantener "al mismo tiempo que se lucha contra la pandemia".
Está previsto que esta edición de FITUR reúna a los representantes de 107 países y cerca de 7.000 empresas con el objetivo de buscar fórmulas para la recuperación del sector tras dos años de pandemia.
En total, se espera que cerca de 90.000 personas (60.000 profesionales y 30.000 visitantes de público general) visiten la feria, que en esta edición tiene a la República Dominicana como socio principal para promocionar su oferta turística.
Con el fin de evitar contagios de COVID-19 entre los asistentes, la feria contará con controles de seguridad que obligarán al uso de la mascarilla en su interior y a la presentación de un certificado de vacunación o un test de diagnóstico con resultado negativo para poder acceder al evento.