"De momento no hablamos del confinamiento a los no vacunados", subrayó Draghi, dejando entender que eso no significa que las autoridades italianas se abstengan de imponerlo en el futuro.
Según recordó, "dos tercios [de los pacientes] en las unidades de cuidados intensivos y de los decesos se registran entre los no vacunados".
"La vacunación obligatoria sigue en el fondo, ya ha sido extendida a algunas categorías, valoraremos su extensión a otras", advirtió el jefe del Ejecutivo, precisando que el tema se discutirá "en un tiempo muy corto".
Las normas en vigor no permiten a los no inmunizados obtener el Super Green Pass (pase sanitario reforzado), necesario para entrar en los interiores de restaurantes y bares, visitar teatros, cines y estadios, así como participar en fiestas y ceremonias públicas.
En cuanto a la vacunación obligatoria, actualmente está prevista para operadores sanitarios, personal escolar, militares y representantes de las fuerzas del orden.