"Hoy me enorgullece lanzar la Iniciativa Presidencial para la Renovación Democrática, que concentrará los esfuerzos de nuestra diplomacia y nuestros programas de ayuda exterior para reforzar la resistencia democrática y los derechos humanos en todo el mundo", dijo Biden.
Washington tiene previsto destinar hasta 424,4 millones de dólares el próximo año a esta propuesta, según un comunicado de la Casa Blanca.
Biden detalló que los esfuerzos de la iniciativa se centrarán en cinco áreas vitales para una gobernanza transparente y responsable, "incluyendo el apoyo a la libertad de los medios de comunicación, la lucha contra la corrupción internacional, el apoyo a los reformistas democráticos, la promoción de la tecnología que hace avanzar la democracia, y la definición y defensa de lo que es una elección justa".
La cumbre, de dos días de duración, reúne a funcionarios gubernamentales, representantes de la sociedad civil y del sector privado de más de 110 países.
La lista de invitados no incluye a Rusia, China, Hungría, Arabia Saudí o Turquía, entre otra docena de naciones.
De la región de América Latina y el Caribe fueron excluidos del evento Venezuela, Cuba, Nicaragua, Bolivia y El Salvador.
El Ministerio de Asuntos Exteriores ruso criticó la cumbre, liderada por EEUU, por intentar designar con sus criterios qué país es democrático y cuál no, especialmente a la luz de la decadencia de la democracia en Occidente.
Pekín, por su parte, consideró que el evento provoca una división y confrontación en el mundo, mientras que Budapest declaró que no necesita un "juez" que evalúe el estado de su democracia.