"Hemos definido que por el momento no es aconsejable un cierre de fronteras; no solamente lo decimos nosotros, lo establece la Organización Mundial de la Salud [OMS]", dijo el ministro de Salud, Jeyson Auza, en conferencia de prensa.
Con el resto de los países vecinos y de regiones más distantes, Bolivia, que no tiene acceso marítimo propio, mantiene abiertas sus fronteras aéreas, terrestres y fluviales.
Auza remarcó que el sistema sanitario local sigue la recomendación de la OMS, que "es no cierre de fronteras hasta que se determine que esta variante sea de mayor preocupación".
El ministro dijo que los laboratorios públicos bolivianos estaban preparados para detectar variantes de COVID-19, incluida la ómicron.
"Debemos decirle a la población boliviana con total solvencia que somos un país que hace meses tiene la posibilidad de realizar la secuenciación genómica del virus, tenemos la capacidad de detectar la variante ómicron y vamos a continuar con ese estudio de vigilancia genómica y epidemiológica", afirmó.
Auza hizo estas declaraciones tras presentar el informe semanal de la pandemia, de la cual Bolivia soporta actualmente una cuarta ola con casi medio millón de casos y más de 19.000 fallecidos desde el inicio de los contagios en marzo de 2020.
En la última semana, el país registró 7.102 nuevos casos de COVID-19, un 6% más que en los siete días previos.
La vacunación anti-COVID, entretanto, sumó hasta el fin de semana casi 8,8 millones de aplicaciones, con saldo de 4,2 millones de personas ya con esquema completo de inmunización.
La población boliviana objetivo de la vacunación, de 12 o más años de edad, es de poco más de ocho millones de personas.