"Nos gustaría expresar nuestra gratitud como Estado por la iniciativa de trasladar a 50 migrantes de Chipre a Italia", dijo Anastasiadis, al recibir al pontífice en el palacio presidencial de Nicosia.
Según el presidente, esta iniciativa simbólica, en primer lugar, es un fuerte mensaje sobre la necesidad de revisar la política migratoria de la UE.
Asimismo, destacó que Chipre respeta plenamente la protección de los derechos humanos, pero señaló excesivas dificultades en términos de la protección de la composición demográfica, a las que se enfrenta el país debido a los flujos de migrantes.