"El Ministerio del Interior ha invertido dos millones de euros en adquirir 25.539 de estas defensas, cerca de 80 euros por cada una de ellas", señala el diario, citando un documento interno de la Dirección General de la Policía.
Este material será utilizado principalmente por los policías destinados en labores de seguridad ciudadana y las Unidades de Intervención Policial, los agentes antidisturbios.
Las nuevas defensas constan de una estructura fabricada "con acero o aleación de máxima calidad" que, según recoge la documentación técnica del Ministerio del Interior, produce "un efecto psicológico disuasorio por su efecto ruidoso al desplegarse".
La Dirección General de Policía elaboró un protocolo específico sobre su uso en el que se especifica que, en caso de emplearse contra los ciudadanos, el agente deberá evitar hacerlo con movimientos verticales "de arriba hacia abajo", sin golpear "bajo ningún concepto" en cabeza, cuello o columna vertebral.
La introducción de estas nuevas defensas, que es una vieja reclamación de los sindicatos policiales, llega en un momento de tensión entre los cuerpos de seguridad y el Gobierno de España por los planes del Ejecutivo para modificar la ley de seguridad ciudadana, conocida popularmente como la ley mordaza.
El 27 de noviembre, una marcha convocada por los sindicatos policiales congregó a decenas de miles de personas en Madrid en rechazo a la reforma de la ley, que fue introducida en el año 2015 para reforzar la autoridad de los agentes y la capacidad sancionadora de la administración en detrimento de los derechos de los manifestantes.