A principios de 2020, una vecina de la región de Krasnodar se topó con una perra abandonada agonizante. Unos maltratadores le habían amputado las cuatro patas y la abandonaron en un bosque.
En la mayoría de las clínicas veterinarias les recomendaron a los voluntarios practicarle la eutanasia, pero los voluntarios no se dieron por vencidos y encontraron una clínica donde la perra fue atendida. Si bien los médicos lograron salvarle la vida, advirtieron que nunca podría caminar ni utilizar una silla de ruedas especial.
Entonces, los voluntarios optaron por trasladar a Monica —así llamaron a la perra— a Novosibirsk, en Siberia, para que la operara el destacado cirujano Serguéi Gorshkov, especializado en las prótesis animales.
Gorshkov y sus colegas realizaron una compleja cirugía y le instalaron a Monica cuatro prótesis biónicas de titanio y níquel.
Las prótesis, fabricadas con una impresora 3D, están instaladas dentro de los huesos por medio de una técnica conocida como osteointegración. Con el tiempo, las fijaciones metálicas se convertirán en parte del esqueleto de la perrita.
Monica empezó a caminar varios días después de la cirugía.
Por el momento, la perra se siente bien y se está acostumbrando a sus nuevas patas.
Luego de varias semanas de rehabilitación, la perra podría ir a Londres, donde ya la está esperando la famosa adiestradora y dueña de varios perros con discapacidad, Kasey Carlin.