La maniobra fue revelada por un exempleado, Christopher Rodríguez, al que le asignaban la cruel tarea, quien presentó la denuncia ante la Fiscalía N°10 de Luján.
El zoológico, de carácter privado y abierto desde 1994, estuvo en la mira del Ministerio de Ambiente de la Nación y de la Dirección de Flora y Fauna bonaerense por una serie de irregularidades y se encuentra clausurado desde septiembre de 2020.
Los organismos detectaron la ausencia de registro de muertes de muchos ejemplares, así como condiciones de hacinamiento, incumplimento de castraciones o la separación de hembras y machos para evitar la reproducción y que las condiciones de los animales empeoren.
Ahogados en baldes, asfixiados o incluso degollados, son algunas de las formas en que morían los animales.
Rodríguez, que trabajó durante una década para el zoológico, se negó a continuar con estas prácticas, decisión por la que fue despedido.
"Al manifestarle tal circunstancia a mi empleador, el Sr. Jorge Alberto Semino —dueño del establecimiento— tomó una postura iracunda, agresiva, comenzó con amenazas a quien suscribe y familiares directos", sostuvo el relato del exempleado.
La denuncia fue acompañada de material probatorio como fotografías y videos que muestran las crueles tareas que debían realizar los empleados.
Tras la repercusión de las declaraciones de Rodríguez y la difusión de los hechos, activistas por el bienestar animal realizaron una petición en la plataforma change.org solicitando el cierre del zoológico y la reubicación inmediata de los animales en santuarios.
Bajo la consigna #CierrenZooLuján piden a las autoridades "que se hagan cargo y se responsabilicen" y denuncian que se violan varias reglamentaciones: la Ley 12.238 que prohíbe la alimentación o el contacto directo del público con animales salvajes, y la Ley 14.346 que establece penas para las personas que maltratan o son crueles con animales.
"No naturalicemos el sufrimiento animal. Estas prácticas arcaicas deben ser erradicadas" sostiene la petición.