La plataforma tomó como base una herramienta similar empleada por la red que registra las descargas eléctricas en tiempo real: World Wide Lightning Location Network (WWLLN) .
Según la información difundida por Argentina Investiga, que revela datos de la Facultad de Matemáticas, Astronomía y Física de la Universidad Nacional de Córdoba, se logró optimizar el algoritmo de la herramienta mundial al "disminuir las advertencias erróneas y generar una herramienta adecuada a las necesidades locales".
El proyecto de WWLLN, denominado Ash Cloud Monitor (ACM), identificaba las descargas eléctricas dentro de un radio de 100 kilómetros en torno a 1.825 volcanes de distintas latitudes, lo que permite alertar a organizaciones e instituciones ante una posible actividad volcánica.
Sin embargo, en su aplicación la plataforma no era tan útil debido a la enorme cantidad de falsas alarmas que emitía. VolcanoAR mejoró su operativa.
Sin embargo, en su aplicación la plataforma no era tan útil debido a la enorme cantidad de falsas alarmas que emitía. VolcanoAR mejoró su operativa.
En Argentina, cerca de 500 volcanes conforman la Cordillera de los Andes y están próximos al país. De estos, un centenar están catalogados como "activos", mientras que otros son considerados "potencialmente activos".
La herramienta local, si bien se encuentra en fase de desarrollo, pretende trabajar en conjunto con otras plataformas para la detección de volcanes.
¿Por qué medir la actividad eléctrica?
El portal indica que al erupcionar, los volcanes expulsan partículas y gases, a lo que se conoce como pluma volcánica, la que puede alcanzar varios kilómetros de altura.
Las partículas volcánicas al ser expulsadas pueden "cargarse eléctricamente" por lo que se generan descargas que pueden ser medidas remotamente con antenas especiales.
Factores como la velocidad, la dirección del viento, así como datos provistos por WWLLN y el Centro Nacional de Investigación Atmosférica de EEUU fueron tomados en cuenta para las investigaciones.
Anualmente, en 5% de los días se constató una tormenta próxima a los volcanes, lo que podría sugerir que una erupción podría coincidir con una tormenta.
VolcanoAR, proyecto en que investigadores locales trabajan desde 2019, analiza la relación entre las descargas eléctricas detectadas a 20 kilómetros del anillo interno del volcán hasta las captadas entre los 20 y los 100 kilómetros y asigna un nivel de riesgo a una erupción —verde, amarillo y rojo, este último indica un riesgo mayor—.
Esta herramienta, a diferencia de monitoreos sísmicos o químicos, no requiere de cercanía con las estructuras volcánicas.