En la ceremonia, retransmitida en directo por el Gobierno en Internet, están presentes el presidente Jair Bolsonaro; el ministro de Comunicaciones, Fábio Faria; y el presidente de Anatel, Leonardo de Morais.
Un total de 15 empresas ya presentaron sus propuestas, entre ellas Claro, Vivo y TIM, las principales operadoras en Brasil.
Se subastarán cuatro franjas de frecuencia (700 MHz, 3,3 GHz, 3,5 GHz y 26 GHz), divididas en lotes nacionales y regionales.
La expectativa de Anatel es que la subasta mueva un total de 49.700 millones de reales (8.860 millones de dólares); el Gobierno se quedará con 3.060 millones (545 millones de dólares).
El servicio de 5G empezará a ser ofrecido por las operadoras antes de julio de 2022, y comenzará por las capitales.
Morais destacó la "inclusión social" de la subasta, que además de la "revolución" que supone el 5G llevará por primera vez cobertura de teléfono e internet a zonas que hasta ahora no tenían, como diversas carreteras federales y puntos aislados de la Amazonía.
La propuesta aprobada establece compromisos nacionales y regionales de inversiones de cobertura y "blackhaul" (red de retorno), que obliga a las empresas vencedoras de la subasta a atender áreas poco o que no cuentan con tecnología 4G o superior