“El FSLN cuenta con intención de voto del 74,7%, la oposición 10,7% y el resto (14,5%) clasifica en el llamado ‘voto oculto’”, reflejó el sondeo de opinión realizado en lo que va de octubre en los departamentos de León y Chinandega, a una muestra de 4.282 personas.
En esa propia demarcación territorial en marzo de 2021 la intención de voto a favor del partido gobernante era de 52,2% y por la oposición alcanzaba 12,8%.
La calidad del voto por el partido que gobierna en Nicaragua desde el 10 de enero de 2007 refleja un 53,9% del denominado “núcleo duro” (quienes no cambian su intención de voto), un 19,5% definido como electorado “suave” y 5,7% del electorado que tiende a votar en la casilla número dos, la del FSLN.
En contraste, la oposición (fragmentada) dispone del favor de un 1,9% duro, 5,3% suave y un 7,1% que tiende a concederle el voto.
A la pregunta "¿De qué partido político saldrá el próximo presidente de Nicaragua?", 91,3% de los encuestados respondió que el FSLN, mientras 7,4% se inclinó por la oposición y 1,2% dijo no saber.
Acerca de la disposición de acudir a las urnas, 79% indicó que probablemente votará y el 21% restante no tiene intención de ejercer ese derecho ciudadano.
Menos en las elecciones de 2006, cuando la asistencia a los centros de votación en León y Chinandega fue del 59%, en el resto de los últimos siete procesos electorales la participación superó la barrera del 70%, con el pico más alto en 1990 (victoria de la Unión Nacional Opositora sobre el FSLN) con 81,8% de asistencia.
El 7 de noviembre, 4.478.334 nicaragüenses, según la versión definitiva del padrón electoral, podrán concurrir a las urnas por octava ocasión desde 1984 a fin de votar por la fórmula presidencial, los 92 diputados a la Asamblea Nacional (Legislativo) y los 20 al Parlamento Centroamericano