Las protestas de los chalecos amarillos comenzaron el 17 de noviembre de 2018 como manifestaciones contra el alza de los precios de combustible.
El movimiento se opone a la injusticia social y económica, así como a las políticas del presidente francés, Emmanuel Macron, y a la brutalidad policial.
En 2021, los activistas volvieron a las calles para protestar contra los pases de salud y otras medidas adoptadas por el Gobierno para reducir los contagios del COVID-19.