El 28 de septiembre, después de 10 días de erupción intensa, la lava que emergió del volcán llegó a las aguas del Atlántico.
Las erupciones provocaron la evacuación de más de 6.000 personas de numerosos pueblos. Las nubes de humo se elevaban desde el volcán y la roca fundida mientras fluía por el flanco occidental de Cumbre Vieja. Los científicos han advertido que la erupción podría continuar durante semanas o incluso meses.