La aprobación de una ley que aumenta las penas para la ocupación de tierras en Paraguay tiene como objetivo "blindar la posesión de tierras por parte de los sectores más poderosos de la sociedad paraguaya", explicó a Sputnik Fernando Romero Wimer, doctor en Historia y profesor de la Universidade Federal da Integração Latino-Americana de Brasil.
Romero Wimer, que dirige el Grupo interdisciplinario de estudios e investigaciones sobre capitales trasnacionales, Estado, clases dominantes y conflictividad en América Latina (Gieptalc), ha estudiado el problema de la posesión de la tierra en Paraguay, con foco en la tensión entre las comunidades de campesinos e indígenas y los capitales privados en el campo paraguayo.
El académico apuntó que la ley —que eleva a 10 años de prisión la pena por ocupar terrenos privados— surge del seno de la "derecha paraguaya", con el fin de "consolidar la posesión de tierras mal habidas" y protegerlas de posibles reclamos.
Romero Wimer recordó que en Paraguay se conoce como tierras mal habidas a terrenos que fueron concedidos de forma irregular a dirigentes políticos, militares y allegados a la dictadura de Alfredo Stroessner (1954-1989). De acuerdo a las estimaciones, este tipo de tierras alcanzaría a 8 millones de hectáreas en todo el territorio paraguayo.
La propiedad de las tierras mal habidas es solo uno de los factores que afectan a campesinos e indígenas paraguayos, que también se ven acorralados por la concentración y la extranjerización del campo paraguayo. Romero Wimer lo ilustró con dos datos: el 90% de la tierra cultivable del país está en manos de 12.000 empresarios y el 35% de las tierras está en manos de extranjeros, un 14% de ellos de Brasil.
Paraguay y sus 'tierras mal habidas'
El historiador ubicó la génesis de este proceso en el final de la Guerra Grande (1864-1870) —conflicto que enfrentó a Paraguay contra Argentina, Brasil y Uruguay—, cuando empresarios argentinos, brasileños e ingleses propiciaron la privatización de tierras indígenas.
"Pasadas ya dos décadas del siglo XXI, la tierra sigue siendo el principal problema de los campesinos e indígenas en Paraguay, algo que está atado a su condición histórica y estructural de país subordinado a los principales capitales internacionales", resumió el académico.
En efecto, según Romero Wimer, los campesinos e indígenas constituyen todavía "el sector más sufrido de la población paraguaya" y continúan reclamando sus derechos sobre tierras de las que fueron desplazados pero sobre los que difícilmente cuentan con títulos de propiedad.
El desplazamiento tiene, señaló el experto, una cuestión económica en tanto constituye el sustento de vida de campesinos e indígenas pero también una arista cultural, ya que ambas poblaciones mantienen fuertes lazos con la tierra.
29 de septiembre 2021, 19:27 GMT
Un factor ambiental del problema también se evidencia, según el académico, en que el modelo agroexportador que desplaza a campesinos e indígenas "incide en la destrucción de la naturaleza", ya sea con agrotóxicos o el avance sobre territorios selváticos.
¿Habrá un levantamiento indígena en Paraguay?
Para Romero Wimer, aventurar en qué evolucionarán las protestas indígenas que se iniciaron el 29 de septiembre frente al Parlamento paraguayo puede ser arriesgado. Sin embargo, destacó que los colectivos campesinos e indígenas de Paraguay han mantenido en los últimos años un "altísimo grado de movilización".
"Quizás más que una reorganización, lo que puede haber es una agudización de la lucha para frenar o conseguir el veto de la ley", especuló, en relación a los intentos de los manifestantes de que el presidente Mario Abdo Benítez deje sin efecto la norma aprobada por el Parlamento.
Pero según el analista, la única manera en que el reclamo indígena derive en protestas sociales como las registradas en 2019 en Ecuador y Chile o en Colombia durante 2020 y 2021, es preciso que exista "una articulación que vaya más allá de lo estrictamente campesino e indígena".
En ese sentido, consideró que los manifestantes necesitan lograr "una articulación" con organizaciones sociales o sindicatos del medio urbano que también plantean "un cambio de rumbo en la política y la sociedad paraguaya".