Con la edad se acumulan arrugas, piel y músculos caídos e incluso cicatrices que pueden acentuar la asimetría en los rostros. De acuerdo con la profesora y asistente de cirugía en el Hospital Mount Aurburn Helena Taylor, casi todos los rostros tienen algún grado de asimetría natural, pero a medida que pasa el tiempo, la asimetría llega a cambiar el rostro sin importar el género ni el origen de las personas.
"Creo que probablemente se deba a que las fuerzas normales que actúan sobre los rostros a lo largo del tiempo no lo hacen por igual, y también [los rasgos faciales] aumentan de manera diferente. Por ejemplo, solo porque la piel comienza a ceder en un lado de la cara, no significa que esté sucediendo exactamente al mismo ritmo en el otro lado. Con el tiempo, eso se suma", explicó Taylor.
Taylor concluyó que sería ideal poder utilizar esta herramienta para hacer el seguimiento por lo menos a un paciente y determinar cuándo se debería dejar de hacer operaciones estéticas a las personas.