Benyamin creó una serie de obras de arte pixeladas llamadas Weird Whales (ballenas raras) y las vendió como NFT (token no fungible).
En el modelo de los NFT las obras de arte se pueden "tokenizar" para crear un certificado digital de propiedad que se puede comprar y vender. Por lo general, el artista mantiene los derechos de autor y recibe una comisión cada vez que la obra cambia de dueño.
El niño también mantiene sus ganancias en Ethereum, la criptomoneda en la que se vendieron. Esto se debe a que a sus 12 años nunca ha tenido una cuenta bancaria tradicional.
Sus compañeros de clase aún no están al tanto de cómo funcionan los criptoactivos y las blockchains (cadenas de bloques), pero Benyamin les aconseja que solo se metan en ese mundo si de verdad les gusta.
"Mi consejo para otros niños que tal vez quieran entrar en este espacio es que no se sientan obligados a programar por la presión de otros compañeros. Es como si te gusta cocinar, cocinas, si te gusta bailar, bailas, simplemente haz lo mejor que puedas ", dijo citado por la BBC.
El padre de Benyamin, Imran, un desarrollador de software que trabaja en el sector de las finanzas tradicionales, animó a sus dos hijos a comenzar a programar a los cinco y seis años.
Según el padre, todo comenzó como un juego pero pronto se dio cuenta de que los niños estaban muy interesados y eran buenos con la programación.
Benyamin y su hermano Yousef ahora realizan ejercicios de programación cada día durante 20 o 30 minutos, incluso durante las vacaciones escolares, explicó el padre.
Weird Whales es la segunda colección de arte digital creada por Benyamin. El niño ya había lanzado un set anterior inspirado en Minecraft, pero las ventas no fueron tan exitosas. Ahora ya está preparando su tercera colección.
Actualmente el mundo del arte está dividido sobre la importancia de los NFT. Algunos afirman que son una vía adicional de ingresos para los artistas, pero otros los ven como un medio de especulación que no tiene mucho futuro.