La amante, identificada como Adie Timmersmans por los medios locales, visitó de manera reiterada al chimpancé apodado Chita durante los últimos cuatro años. "Hemos creado un fuerte lazo de amor y amistad (…) Yo amo a ese animal y él, a mí" comentó a mujer a la cadena ATV.
De acuerdo con los datos recopilados por el zoológico, la conexión entre los dos se basaba en saludarse y besarse a través del cristal. Pero aunque pareciera algo inocente, los encargados comunicaron que dicho vínculo ha sido perjudicial para Chita.
“El resto de los chimpancés ya no considera a Chita como parte del grupo y casi siempre lo ignora o se siente solo" dijo un representante del zoológico a la cadena.
La institución ha explicado que el mayor problema, es que Chita ha dirigido toda su atención a Timmermars y que eso afectó a su capacidad para relacionarse con otros chimpancés. "En el reino animal, concentrarse demasiado en las personas es sinónimo de debilidad y como resultado pierdes el respeto entre tus semejantes" informó el zoológico. "Deseamos ayudar a Chita para que pueda adaptarse nuevamente a sus compañeros", concluyeron.
Debido a esto y en pro del bienestar de Chita, el zoológico tomó la medida de no dejar a Timmermars visitar al animal, y aunque son conscientes de que dicha solución puede que no sea exitosa y siga teniendo problemas de vinculación con los otros de su grupo, han decidido arriesgarse.
"¿Por qué quieren hacerme esto solo a mí? (...) Docenas de visitantes pueden tener contacto [con el animal]. ¿Por qué no yo?", se pregunta la mujer.