La exorbitante cifra incluye 815.770 millones de dólares en gastos de guerra directos y otros 85.000 millones destinados a entrenar al Ejército afgano, que en una semana entregó el país a los talibanes.
Esa suma supone unos 120 millones de dólares por día, todos los días, durante dos décadas. En términos básicos, cada contribuyente aportó un promedio de 4.000 dólares a la polémica contienda militar, o unos 200 dólares de sus ganancias cada año, se desprende del informe preparado por el Pentágono (cuya preparación costó otros 2.170 dólares). En cifras más generales, el Tío Sam ha gastado más en la campaña afgana que el patrimonio neto de Jeff Bezos, Elon Musk, Bill Gates y los 30 multimillonarios más ricos de Estados Unidos, juntos.