China no tiene prisa por luchar por el dominio de la moneda nacional en el mundo porque Pekín por ahora tiene otra tarea más importante: restablecer la economía lo antes posible y aumentar los volúmenes de exportación, por eso la apreciación del yuan podría obstaculizar este proceso.
"La voluntad de las autoridades de promover la moneda nacional en el ámbito internacional se ha debilitado un poco en los últimos años. China está contenta con el hecho de que el yuan esté en la cesta de monedas de reserva del FMI [lo que ha elevado el estatus del yuan]. Al evaluar la fortaleza de la moneda china, debemos recordar que las tensiones entre Pekín y Washington sobre Hong Kong siguen siendo agudas y es poco probable que esto impulse la demanda del yuan", opinó el analista.
También explicó por qué el principal esfuerzo de Pekín está centrado en la liberalización de otros instrumentos del mercado financiero.
"Esto puede ser, entre otras cosas, la emisión de valores chinos en el mercado libre. De hecho, con esto China también espera alimentar el interés por el yuan. Sin embargo, por el momento la moneda sigue estando en gran medida bajo control, lo que es muy útil para China en estos momentos porque permite a las autoridades aplicar políticas de objetivos de inflación y de estímulo del crecimiento económico de forma sincronizada. Estos son los componentes del tipo de cambio que afectan tanto al atractivo de las exportaciones como al valor de los suministros chinos", explicó.
Valery Weisberg pronosticó que los matices políticos y económicos de la situación de los mercados mundiales no permitirán a China por lo pronto construir un sistema financiero completamente libre.