Decenas de fieles musulmanes se atrincheraron en la Explanada de las Mezquitas durante las primeras horas del 18 de julio, antes de la llegada de los fieles judíos y algunos de ellos corearon brevemente: "Con espíritu, con sangre, redimiremos a Al Aqsa", según la emisora pública Kan.
La Policía israelí entró en el lugar y utilizó balas recauchutadas y "métodos de dispersión de multitudes" para despejar el área. Al tiempo que algunos palestinos arrojaron piedras.
No hubo informes inmediatos de heridos o detenciones.
El primer ministro, Naftali Bennett, llevó a cabo una evaluación de la situación con el ministro de Seguridad interna, Omer Barlev, y el jefe de Policía, Kobi Shabtai, e instruyó "que el ascenso ordenado y seguro de los judíos al El Monte del Templo debe continuar, mientras se mantenga el orden en el sitio".
El Monte del Templo (o Explanada de las Mezquitas) es el lugar más sagrado del judaísmo, como el sitio de los dos templos bíblicos y también es el sitio del tercer santuario más sagrado del islam, la Mezquita Al Aqsa, y ha sido durante mucho tiempo un foco de tensión entre israelíes y palestinos.
Hamás, el movimiento islamista palestino que gobierna Gaza, se burló de lo que consideró "manadas de colonos descarriados" que ascienden al Monte del Templo, mientras que la Yihad Islámica (prohibida en Rusia) catalogó los enfrentamientos como "terrorismo y agresión que afectan a todos los musulmanes del mundo".
En Ramala, el alto funcionario de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Hussein Sheij, uno de los asesores más cercanos del presidente de la ANP, Mahmud Abás, también condenó la redada de la Policía israelí.