"En Rusia, la cantidad de delitos realizados con las tecnologías de la información y la comunicación creció hasta límites sin precedentes, por lo que puede ser considerada como una amenaza para la seguridad nacional", dijo Krasnov.
Un problema especialmente grave, alertó, es la red oscura o darknet, donde hay venta de drogas, armas, distribución de pornografía infantil, instrucciones para cometer delitos y otro tipo de actividades ilegales.
"El desarrollo de la tecnología de la información durante la pandemia de coronavirus dio lugar al crecimiento en todo el mundo de este tipo de actividad criminal", dijo.
Según el fiscal general, otro problema más es el creciente uso indebido, en especial por los terroristas y corruptos, de los activos virtuales, criptomonedas u "otro tipo de tecnología moderna incluyendo la inteligencia artificial".
"Y lo más importante es preparar respuestas adicionales efectivas a estas amenazas", añadió Krasnov.