"Hace falta cerrar el ocio nocturno que no se haga en espacios abiertos, y también imponer restricciones al aire libre en actividades que reúnan a mucha gente", declaró tras la reunión semanal del Ejecutivo su portavoz, Patrícia Plaja.
De acuerdo con las nuevas restricciones, todos los locales de ocio nocturno interiores deberán cerrar durante por lo menos dos semanas, aunque se mantendrán los festivales al aire libre ya programados.
Además, los eventos con más de 500 asistentes deberán pedir de manera obligatoria un test de antígenos o prueba PCR negativa.
La portavoz justificó la decisión adoptada por las autoridades para "proteger la salud de las personas y el colectivo sanitario" y para "garantizar el buen funcionamiento" del sistema de salud en medio del reciente ascenso del covid.
El último informe del departamento de Salud de Cataluña evidenció el aceleramiento en la velocidad de transmisión de la enfermedad y el crecimiento de la incidencia, hasta los 400 casos por 100.000 habitantes.
Solo en la pasada jornada se detectaron cerca de 6.000 contagios en toda la región, que suman más de 25.000 en la última semana.
Esta nueva ola del virus está afectando especialmente a los menores de 30 años, que todavía no están vacunados, y uno de cada tres casos se detectan en el área de Barcelona.
"Aunque no somos la autoridad competente para adoptar el uso obligado de la mascarilla, pedimos que se continúe utilizando. El virus se está propagando a una velocidad que no habíamos visto hasta ahora", advirtió Plaja.