Según este organismo estatal, en junio la Amazonía registró 2.308 focos de incendio, lo que representa un incremento de 2,6% respecto al mismo periodo de 2020 y el mayor número para ese mes desde 2007.
La temporada de incendios, que coincide con la estación seca en la selva tropical, empieza ahora y se prolonga hasta finales del mes de septiembre, cuando vuelven las lluvias.
Además de los incendios, recientemente también hubo un repunte en los datos sobre deforestación.
En el mes de mayo, el INPE detectó alertas de deforestación en 1.180 kilómetros cuadrados de selva, el peor dato para ese mes desde 2016.
Para intentar atajar los delitos ambientales en la selva, el Gobierno brasileño autorizó esta semana el envío de las Fuerzas Armadas a la región hasta el 31 de agosto.