"La psicología de las masas, por estructura, es paranoica, y con frecuencia se canaliza el malestar hacia un chivo expiatorio, hacia el grupo minoritario. Ha ocurrido muchas veces en la historia, se han creado ciudadanos de segunda sobre los que se cargaba el malestar. Muchas personas se sienten raras sin ella puesta como que algo le falta", relata el psicólogo Pedro Hoyos a Sputnik, para explicar por qué ocurre este fenómeno.
"La gente aún tiene miedo de quitarse la mascarilla", afirma Hoyos. "Todos hemos visto respuestas exageradas, personas haciendo deporte a solas por el campo con la mascarilla puesta, o incluso sin dejar de llevarla en su propia casa. Hay una respuesta de miedo ante un peligro que puede ser adaptativa y beneficiosa, pues nos hace responder eficazmente ante un peligro, pero lo que vemos es algo irracional y no es saludable".
¿Cómo puede afectar la mascarilla en las interacciones sociales?
"Tenemos que darnos cuenta de que esto va mucho más allá de una crisis sanitaria: es una crisis civilizatoria".
"Quizás aún es pronto para saber las consecuencias que el uso de la mascarilla va a provocar en las personas", concluye el psicólogo, "y en cualquier caso será difícil discernirlo del efecto de otros factores, como el resto de medidas tomadas por los gobiernos, la incertidumbre, el descalabro económico, etc. pero parece que el llamado 'síndrome de la cara vacía' describe lo que algunas personas están sintiendo a nivel subjetivo".