La senadora Susan Collins, coautora de esta ley junto con Mark Warner, Marco Rubio y Jeanne Shaheen, publicó en su sitio web que el Senado aprobó por unanimidad la normativa en apoyo a los cargos públicos que sufrieron lesiones cerebrales "por probables ataques de energía dirigida".
"El personal estadounidense que sufrió estos ataques mientras prestaba servicio a nuestro país debería ser tratado de la misma manera que trataríamos a un soldado que sufrió una lesión traumática en el campo de batalla", señaló Collins.
La senadora insistió en que el Gobierno investigue "de qué arma se trata y quién la empuña para prevenir futuros ataques y proteger a los estadounidenses".
La nueva ley autoriza al director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y al secretario de Estado a proporcionar apoyo financiero adicional a las víctimas del 'síndrome de La Habana'.
13 de mayo 2021, 07:03 GMT
En 2016 y 2017, diplomáticos estadounidenses en Cuba sufrieron una serie de problemas de salud, descritos colectivamente como 'el síndrome de La Habana'.
También se informó de síntomas similares entre el personal diplomático estadounidense en China en 2018.
Las víctimas de los supuestos ataques escuchaban ruidos extraños, que algunos de ellos percibían como vibraciones o presión.
Algunos de los diplomáticos experimentaron efectos a largo plazo.
El Departamento de Estado de EEUU cree que los diplomáticos podrían haber sido expuestos a algún ataque acústico no identificado, sin embargo, no llegó a una conclusión definitiva sobre qué causó exactamente el síndrome.
En 2018, el Gobierno estadounidense creó un grupo de trabajo para coordinar la respuesta a estos incidentes; desde marzo de 2021 lo preside la embajadora Pamela Spartlen.
El periódico The New York Times publicó en mayo pasado más de 130 diplomáticos, militares, agentes de inteligencia y otros empleados fueron afectados por el 'síndrome de La Habana'.